La fiebre amarilla continúa siendo una amenaza de salud pública en América Latina y África, donde persiste como una enfermedad viral hemorrágica con alta letalidad y potencial epidémico. Transmitida principalmente por mosquitos del género Aedes, esta infección afecta gravemente a personas que no cuentan con inmunización, especialmente en áreas endémicas y en aquellas donde la cobertura de vacunación es insuficiente. Recientemente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitieron una alerta epidemiológica, detallando el panorama de casos y fallecimientos en 2024 y las medidas que las autoridades de salud deben tomar para reducir los riesgos.
Según los datos reportados por la OPS/OMS, entre la semana epidemiológica 1 y la 35 de 2024, en la Región de las Américas se confirmaron 38 casos de fiebre amarilla, incluyendo 19 defunciones. Esta cifra incluye cinco nuevos casos desde la última actualización, tres en Bolivia y dos en Perú, así como dos defunciones adicionales en Perú. Los 38 casos se distribuyen entre cinco países: Bolivia (siete casos, con tres muertes), Brasil (tres casos, con dos muertes), Colombia (ocho casos, con cinco muertes), Guyana (dos casos) y Perú (18 casos, con nueve muertes). Estos datos reflejan la gravedad de la enfermedad y la urgencia de incrementar la vigilancia y las medidas de prevención, especialmente en poblaciones que carecen de vacunación.
La vacunación como barrera fundamental
La vacuna contra la fiebre amarilla es considerada una de las intervenciones más efectivas y seguras para prevenir esta enfermedad. Una sola dosis brinda inmunidad de por vida para el 99% de las personas vacunadas, sin necesidad de refuerzos. La OPS/OMS recomienda la vacunación universal en niños de 12 meses de edad en países endémicos, idealmente junto con la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paperas) para optimizar la cobertura. Además, en países con campañas de seguimiento para sarampión y rubéola en menores de cinco años, se sugiere aprovechar la oportunidad para administrar la vacuna contra la fiebre amarilla simultáneamente. Las autoridades de salud deben mantener una cobertura de vacunación mínima del 95% en áreas de riesgo, ya que una cobertura subóptima aumenta el potencial de brotes.
Para los viajeros a zonas endémicas, la vacunación es igualmente crucial. La OPS/OMS insta a las personas que planean visitar estas áreas a vacunarse al menos 10 días antes de viajar, permitiendo que el cuerpo desarrolle una inmunidad efectiva. La vacuna se administra de forma gratuita a niños mayores de 18 meses y a adultos hasta los 59 años, aunque está contraindicada en personas con ciertas condiciones de salud específicas. Aquellos que viajen a países que exigen vacunación contra la fiebre amarilla deben portar un certificado de vacunación internacional.
Estrategias de vigilancia y control en zonas de riesgo
La fiebre amarilla no solo representa un riesgo para la salud individual, sino que también tiene el potencial de generar brotes graves en comunidades enteras. Por ello, la OPS/OMS alienta a los países a implementar estrategias de vigilancia y monitoreo de casos en áreas endémicas y zonas de riesgo. Entre las recomendaciones específicas para fortalecer la vigilancia se encuentran la emisión de alertas epidemiológicas en los municipios afectados, la búsqueda activa de personas con síntomas compatibles con la fiebre amarilla o el síndrome febril ictérico agudo, y la investigación retrospectiva de certificados de defunción en busca de casos sospechosos.
Un aspecto fundamental de la vigilancia es la monitorización de enfermedades en primates, ya que la muerte de estos animales puede actuar como una alerta temprana de circulación del virus en una región determinada. Las autoridades deben intensificar la vacunación en las zonas donde se detecte la presencia del virus en animales, lo cual permite tomar medidas proactivas para proteger a las poblaciones humanas en riesgo. Esta estrategia es particularmente relevante en áreas selváticas de países como Colombia, donde la fiebre amarilla ha afectado recientemente a varias regiones.
Bogotá refuerza su respuesta frente a la fiebre amarilla
En Colombia, aunque Bogotá no es una zona endémica, la Secretaría Distrital de Salud ha intensificado las acciones de vigilancia y vacunación para prevenir posibles brotes en la ciudad. Esto se debe a que, si bien la fiebre amarilla no es común en Bogotá, la capital podría recibir casos importados debido al flujo de personas que viajan a áreas de riesgo. Para minimizar este riesgo, la Secretaría ha emitido recomendaciones específicas para los residentes y viajeros, subrayando la importancia de completar el esquema de vacunación y mantener métodos preventivos como el uso de manga larga, repelentes y mosquiteros, que ayudan a reducir el riesgo de picaduras de mosquitos infectados.
Además de Bogotá, en Colombia se consideran áreas de alto riesgo para fiebre amarilla los Llanos Orientales, Amazonía, Orinoquía, Magdalena Medio, Norte de Santander y las zonas cercanas a la Sierra Nevada de Santa Marta, Ciénaga Grande de Santa Marta y Parque Los Flamencos. En el departamento del Tolima, las autoridades también han intensificado las alertas, ya que la región podría convertirse en una nueva zona de riesgo debido a factores ecológicos y la posible circulación del virus.
El papel de la información y la educación en la prevención
La OPS/OMS y las autoridades de salud locales hacen un llamado a la ciudadanía a mantenerse informada y seguir las recomendaciones oficiales sobre fiebre amarilla. Conocer las áreas de riesgo y cumplir con las medidas de vacunación no solo protege a los individuos, sino que también contribuye a la inmunidad comunitaria, esencial para evitar la propagación de la enfermedad. Los esfuerzos en comunicación y educación sobre fiebre amarilla también deben resaltar la importancia de los métodos de prevención para las personas que no pueden vacunarse, especialmente aquellas con condiciones médicas que contraindican la vacuna.
Es importante resaltar que la fiebre amarilla sigue siendo un desafío de salud pública en América Latina. Aunque los casos y defunciones en 2024 reflejan una baja cobertura de vacunación en ciertas áreas, las medidas preventivas recomendadas por la OPS/OMS, como la vacunación masiva y la intensificación de la vigilancia, son claves para proteger a las poblaciones en riesgo y evitar brotes mayores. La vacunación oportuna, la vigilancia constante y la educación de la población se posicionan como pilares esenciales en la lucha contra esta enfermedad, cuyo impacto puede mitigarse con una respuesta sanitaria oportuna y coordinada.
Puntos de vacunación contra la fiebre amarilla en Bogotá:
- Centro de Salud Terminal Terrestre (Diagonal 23 #69-11, entrada puerta uno – Módulo 4 – Local 416) – Disponible todos los días de 7:00 a.m. a 5:00 p.m.
- Centro de Salud Terminal Aéreo (Avenida El Dorado #103-09, segundo piso – entrada 5, junto a la DIAN) – Disponible todos los días de 7:00 a.m. a 5:00 p.m.
- Terminal de Transporte Satélite del Norte (Calle 192 #19-43, Módulo 4) – Abierto todos los días de 9:00 a.m. a 3:00 p.m.
- Unidad de Servicios de Salud Lorencita Villegas de Santos (Carrera 54 #67Bis-20) – Abierto de lunes a viernes de 7:00 a.m. a 4:00 p.m., y sábados de 8:00 a.m. a 2:00 p.m.
- Unidad de Servicios de Salud Candelaria la Nueva (Carrera 51 #59C-40 Sur) – Disponible de lunes a viernes de 7:00 a.m. a 4:00 p.m., y sábados de 8:00 a.m. a 1:00 p.m.
- Unidad de Servicios de Salud Suba (Carrera 92 #147C-30) – Disponible de lunes a viernes de 7:00 a.m. a 4:30 p.m. y sábados de 7:00 a.m. a 12:00 p.m.
- Terminal de Transporte del Sur (Calle 57Q #75F–82, segundo piso, entrada peatonal) – Abierto de lunes a sábado de 8:00 a.m. a 4:00 p.m.
La Secretaría Distrital de Salud recomienda verificar la disponibilidad de vacunas y los horarios antes de asistir. Recuerde que una sola dosis ofrece protección de por vida contra la fiebre amarilla. Para más detalles, visite www.saludcapital.gov.co.
